domingo, 19 de junio de 2016

Jardín inglés

Llegó al fin la noche. Todas las luciérnagas han salido a jugar a ser estrellas a ras de la alta hierba de verano. A ser estrellas fugaces de otros millares de insectos. A ser los deseos de lo desconocido. Luciérnagas enamoradas. Luciérnagas fastuosas. El viento mece las copas de los árboles, aquellos que albergan criaturas emplumadas cuidando de sus pequeños, enseñándoles lo que es la libertad, lo que significa tocar las nubes. Pronto. Pronto lo harán. Y llegarán tan lejos como puedan, allende el mundo. Son buenos padres. Un futuro brillante. Y la noche clara. Noche de Luna llena. Y la Vía Láctea, que, con sus millones de destellos, variedad de colores, y eterno caos y cosmos, va de un extremo a otro, nos observa. Cúbrenos. Siempre estás ahí, aunque no te veamos. Aunque no siempre te sintamos. No pierdas la esperanza.