viernes, 14 de marzo de 2014

Circus

   A ver. Buenas noches. Apagad las luces porque ahora me pondré a escribir espontáneamente. Sí, lo que salga. Que sea lo que Canis Majoris quiera.

   Bueno. He elegido una palabra, la que está en el título: circus.



   Los circos, esas ancestrales carpas que llevan la cultura y el asombro cogidas de la mano, la misma que puede coger un sable e introducirla a través de el esófago y un pelín más allá. Qué cosas. Los circos no solo traen felicidad. ¡Vamos! Los payasos que a tanta gente les da miedo... Si os dijera que conozco personas que le tienen fobia, habrá que decirlo. Payasos. Coulrofobia la llaman. Personalmente, los payasos ni me gustan ni me desgustan. Es más, llegan a parecerme ridículos. Oh sí. Se esconden detrás de una capa de maquillaje (nivel choni) y van por doquier expulsando flatulencias e inflando globos con aire que quizá contenga cierto índice de alcohol, bebido antes de la actuación.

   Lo peor de los circos, sea quizá el empleo de animales. Pobres animales. Circo zoológico se hacen llamar. Vaya, qué pena. He ido a un circo zoológico en una ocasión cuando tenía quizá 10 años y la verdad es que no me gustó mucho el espectáculo que se montaron a pesar de que el circo era de renombre. No soy nadie para opinar qué es lo que deberían hacer y lo que no, pero preferiría que no utilicen animales para fines lúdicos. ¿No habéis pensado en el transporte de las pobres bestias? Pues de eso se trata.

   Lo mejor de los circos sean quizá los acróbatas y disfrutar de su fuerza que hace que sus vidas corran peligro mientras saltan de una cuerda a otra a más de 5 metros de altura del suelo, o quizá más, depende el circo, que levanten a otro acróbata quien tiene otro encima y este otro y así, etc. Supongo que eso es lo mejor. Odiosos son los circos para muchos, aburridos, monótonos, antiguos y pasados de cultura.

  La verdad es que no sé mucho acerca de los circos pero, ¿por qué diablos estoy hablando de circos? Pues resulta que, de alguna manera, relacioné La Barraca de Federico García Lorca con un circo. No seáis crueles conmigo por hacer tamaña comparación. No sé qué visión tenéis de los circos vosotros pero cuando me vino a la cabeza la palabra "circo", lo he metido en mi saco de la lobregidad y ¡tachan!: un circo lúgubre. ¿Quién ha visto alguna vez un circo negro? ¿Un circo de la noche? Fuera bromas, me imaginé cuervos, enemigos de Poe, volando por derredor del circo por cuyas cimas hay banderines que ondean al viento del nuboso cielo y algún que otro relámpago cae de vez en cuando. Que junto al circo, quizá en la parte trasera, haya algún pantano séptico que contenga quizá algún hombre elefante a quién se le acabaron sus días por lo que fue arrojado allí con frialdad, sin causar desasosiego entre los artistas oscuros. Les pondría brujas; brujas de magia negra, brujas de magia blanca, brujas de Salem, brujas de Haití, de Louisiana, de Lancashire, de Zugarramundi... Aquelarres por doquier. Machos cabríos. Murciélagos colgados en el techo por el interior de la carpa donde se realizan los espectáculos. Un poco de aleteo podría producir una buena sinfonía. ¿Por qué no? Tumbas y  mausoleos ennegrecidas por el tiempo. Robles nuncaverdes de antaño. Álamos mutados por las malas carnes de los muertos que durante la noche, bueno, siempre es de noche, salen a bailar con los sus espíritus degollados por una mala actuación, una mala obra. Juncos y espadañas que rodean algunos estanques en los cuales hay musas y doncellas mirando al cielo con unos ojos verdes tal como Bécquer señala en uno de sus leyendas, y a la orilla, algunas balsas rotas, consumidas por la humedad de la espesa niebla y del esponjoso musgo. Un poco más allá, alguna colina en cuya cima hayan un par de niños cogidos de la mano y bailando, con ropajes albinos sobre pétalos de camelias grisáceas, al son del vals o bajo la música de Kindertotemlieder y a sus alrededores, un conjunto de varios árboles altos y negros sin hojas pero con una gran cantidad de ramas capaces de impedir la mayor parte del reflejo del Sol en la roja Luna que enrojece como el óxido y la sangre, la cima de la floresta...

   Pero bueno. La lista de cosas para poder describir mejor el ambiente de un circo es ilimitada. ¿A que sí?
Y por cierto, ¿iríais a un circo así?

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