martes, 4 de marzo de 2014

Mirando al cielo

Listo para realizarse.

   Hay palabras que hablan por si solas. Por ejemplo procrastin...
He tenido que darle al enter. Sinceramente, llevo desde la última entrada, intentando hacer una nueva. ¿Por qué tan difícil? Es el miedo a la mala idea que te lleva a escribir. No tienes ni ____ idea y te obligas a ti mismo a escribir algo. Así llevo estos días cuando le planto cara al papel vacío. ¿Qué hacer? (¿Quién tiene la culpa?)



   El título de esta entrada es Mirando al cielo. Mirar al cielo es mirar al pasado y en este contexto he mirado atrás los meses de mi blog desde la primera entrada. Bastantes cambios he visto. Cambios notables. Me gustan esos cambios en mi. Por otro lado, también significa que mirar al cielo es mirar estrellas, tanto vivas como muertas. Algunas de mis entradas son un éxito para mí mismo mientras que otras no lo son aunque no dejan de ser estrellas. Las llamaremos enanas blancas. Otras entradas me parecen de tan calibre que las consideraré galaxias porque son temas que giran en torno a mi blog como lo es la pintura, la música últimamente, la mayéutica y sobre todo, la evolución.

   Hace dos días he acabado el libro Los hijos de Húrin y ahora tengo mi mente libre. Me apena pensar que los días de antaño de Beleriand se han ido para no volver y solo quedarán en los más tristes cantos recitados por elfos de allende. Sin embargo, el siguiente libro de Tolkien que leeré es El Hobbit y espero que me devuelva las aventuras y la naturaleza, después de leer uno de ciencia ficción como bien cuento en mi anterior entrada.

   Hablando con un buen amigo sobre mi blog, una cosa llevó a la otra y he desempolvado un libro que en tiempos que me leí Pinocho de Carlo Collodi, no fui capaz de comprender debido a sus intensas y rojas palabras. Se trata de un libro del mismísimo Lenin; El Estado y la Revolución lo tituló. Me puse a leer un párrafo y comprendí todo. Me alegra pues.

   A pesar de la aclaración, no creo que lo vaya a leer. No me puedo permitir llenar el disco blando de palabros rusogermánicos de finales del siglo XIX.

   Yendo más allá de todo lo dicho anteriormente, volviendo a la raíz en busca de nuevos nutrientes, haber dado un repaso por mis antiguas entradas me ha hecho volver a aprender y darme lecciones a mí mismo de lo que en su día intenté, vagamente, explicar a quién quiera que estuviese leyendo mi blog a pesar de mis fracasados intentos de darlo a conocer. Encontré brillantes frases que me han hecho sorprender más de una ocasión.

   No es primera vez que me pasa algo así. Mucho antes de tener blog escribía un diario y antes de ese, otro y así, remontando a mi temprana edad de los 8 años. ¿Qué cosas, eh? Por lo tanto soy partidario de que deberíamos escribir como préstamo de nuestro futuro. Para intentar hablar con nuestro futuro y decirle que hay cosas que fuiste capaz de hacer y que gracias a eso, tu futuro está donde está y sabrás que algún día, cuando leas tu "cielo" te sentirás agradecido por tales consejos. El pasado, el presente y el futuro existe y está cuando hablas contigo mismo cuando escribes para ti.

   Mira al cielo y escudriña las galaxias.

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