Madrid es una ciudad con mucho tráfico por lo que sería
aconsejable utilizarlo menos para dar paso al uso de bicicletas como medio de
transporte. Pero en todo caso las vías de bicicletas están más utilizadas en la
periferia de la capital, “el anillo verde ciclista” por lo que sería difícil
llevarse a cabo en el centro de la ciudad. Es difícil imaginarse un ambiente
lleno de bicicletas pero no imposible. Para la realización de un plan para el
uso de bicicletas en Madrid tendría que ser novedoso y atractivo para causar
impresión entre la gente y concienciarla y utilizar su transporte limpio.
Madrid es una ciudad de unos 5 millones de habitantes cuya cantidad de tráfico a
veces supera sus expectativas, es decir, que se atiborra de atascos que hace
que todos perdamos tiempo dentro de un vehículo. En el caso de las bicicletas,
trasladarse de un lugar a otro sería aún muy insólito para la población que no
está habituada a utilizar bicicletas y menos aún para gastar dinero para
comprarse un velocípedo. El Estado tendría que comprometerse a dar el visto
bueno de ese plan empezando con el alquiler de bicicletas como se hace tanto en
Barcelona como en Ámsterdam, en Holanda. Pero la boca del Estado es más ágil
que la mano por lo tanto ver llevar a cabo ese plan sería inimaginable o tal
vez posible en un futuro muy “lejano”, mientras que otras cosas son llevadas a
la ligera y además la gente no parece muy satisfecha con que tengamos que dejar
nuestro automóvil en el garaje. Otros problemas serían también la escusa del
invierno, del mantenimiento (si es una bicicleta propia), el pago mensual o
anual por el alquiler de bicicletas y sobre todo la construcción de más
carriles de bicicletas.
A pesar de todo, este
plan novedoso sería muy bueno para la disminución de emisión de agentes
atmosféricos y sobre todo para mejorar la salud de sus habitantes, además de
posibilitar el conocimiento de la ciudad a los madrileños, porque tristemente,
mucha gente no conoce la ciudad en la que se ha criado.
Tomar el ejemplo de ciudades como Kioto, Ámsterdam, Beijing,
Barcelona, Zaragoza, Venecia y muchas otras más, está aún lejos de nuestro
alcance y tendremos que resistir con la vida ajetreada en lo que se refiere al
tráfico madrileño, por unos años más mientras el nivel de conductores nerviosos
no aumente. Cada ciudad con su estilo.