sábado, 7 de septiembre de 2013

Baila, poeta, baila

Esta tarde me topé accidentalmente con un par de poemillas en una libreta mientras ordenaba mi habitación.
Un bonito hallazgo.

Para empezar, estos poemas los hice sin muchas ganas, que yo recuerda. El estilo de los cuartetos y tercetos siempre me han encantado. La unión de un par de ambos forman un soneto. En mi caso lo único que no suelo seguir al pie de la letra es el número de versos, que son catorce. Ya lo dijo Quevedo: "Catorce versos dicen que es soneto..." En mi caso suelen variar. Catorce versos me parecen mucho y me gusta más corto y sencillo. Sin lugar a dudas, es lo que en el arte de la pintura se le llama Manierismo, del latín manieri, "a la manera de..." es decir, siguiendo la línea de los poetas que utilizaban los versos alejandrinos pero con un feliz toque personal.
.

Cuando cierta persona un día
muy infeliz y triste estaba
lloraba y además bebía
y sus penas regocijaba.

Y  por lo tanto no encontraba
lo que tanto quiso y quería
que en su corazón encerraba
todo lo que entonces sentía.

Valiente siempre al atardecer
con hojas sueltas y pluma a mano
escribía hasta el amanecer.

Hizo el sentimiento tan eterno
y tan pronto dejó de temer;
primavera tuvo tras su invierno.


Este es un poco pobre a base de brainstormings durante una aburrida clase. A fin de cuentas fue una buena clase.

Me gusta cuando llueves
porque estás como chorreante.
Mojas desde tan alto
pero siempre un tanto distante.
Oscureces el asfalto
e inundas el subconsciente.

Neruda cabreado
en el cielo estrellado
con su agua descargando
y el invierno empezando
mientras todos a crear
y sus mentes humear


Tras haber escrito esto en el blog, me siento poéticamente hablado, más ufano y distendido. Si has tenido la humildad de leerlo, muchas gracias por hacerlo.

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