viernes, 20 de septiembre de 2013

Por la luna llena en madrugada

  Con lo que me gusta escribir por la noche, me encanta. Sobre todo cuando tengo que madrugar. Es un caos cíclico y reptante pero es un subidón de adrenalina por el riesgo que corro.

Sin embargo, en otro momento no tengo la misma capacidad escritora como ahora.
Puede que yo sea un caos expresándome y escribiendo pero eso no quita las ganas y la ilusión que siento cuando escribo, sobre todo al papel.



Mientras más entrada la madrugada, mayores son mis anhelos y son un tanto vertiginosas las ideas que planteo sin importar cuan presuntuosas, pérfidas y anárquicas sean. Al fin y al cabo son semillas que broto de mi propia mente, de mi propia psique. La noche es mágica. La noche es mía. ¿Tendré en un futuro un trabajo en el que tenga que estar el turno de noche?

Asimismo, un poco de buena música romántica del siglo XIX, o música dark ambient son suficientes para acompañarme en un viaje transversal por los más inhóspitos rincones de mis pensamientos. En derredor a mis ideas, envueltas en una mágica aura poseo un estado "zen" en el que al igual que los vanguardistas, creo, sus escritos no tienen ni piez ni cabeza. Estoy hablando de brainstormings, sin tener planeado lo que estoy escribiendo. Escribir sin más, sin motivo alguno. El final es lo que da el resultado por muy absurdo que parezca.

-Vaya-. Es lo que acabo de murmurar. ¿Podré sacar un tema sobre lo mencionado anteriormente? -Por supuesto.- ¿Qué mejor manera de dar vuelta de carnero a los pensamientos para luego llevar a cabo un desarrollo? -Acabo de hacerlo. Con lo que me gusta escribir por la noche, me encanta. Sobre todo cuando tengo que madrugar. Es un caos cíclico y reptante...-

No hay comentarios:

Publicar un comentario