Al menos esa es la opinión que tengo sobre mi. ¿Cómo lo sé? Pues porque lo que yo hago es dejar mi huella, una pequeña copia de un pequeño porcentaje de mis pensamientos en algún sitio como, principalmente, en algún cuaderno o dibujo, cosas que hago muy a menudo.Tras un largo período de tiempo, como si de un autoarqueólogo me tratase, recupero esos pensamientos siendo tal el impacto que me causa que esos raciocinios arcanos son un preciado tesoro para mi. Podría decir que los viajes en el tiempo funcionan solamente para el futuro. ¿Quieres hablar con tu futuro? Escribe un memorándum que verse una visión introspectiva de ti y guárdalo. Olvídate de ello. Sigue tu vida adelante como si no existiese el porvenir.
Cuando haya pasado suficiente tiempo neuronal, haz como si nada. Date un giro por tus memorándumes o lo que fuera que tuvieseis y veréis un sobrecogedor vínculo pasado-presente. ¡Equilicuá!
¿A qué viene todo ese entredicho? Bueno, la cosa es que tenía ganas de buscar algo para escribir en este mi blog y he buscado un cuaderno en el que se hallan entintadas un sinfín de ideas para hacer relatos. Vaya, sí que me sorprendieron las ideas. De las más variadas que van desde paridas mentales que te vienen en algún momento aburrido del día hasta sueños tanto de siestas como de pesadillas nocturnas. Realmente dan miedo. Sobre todo, realmente no soy capaz de creer que esas ideas hayan venido de mi. Dos cosas puedo hacer con esto: seguir rellenando ideas o emplearlas, pulirlas o darles uso. Ahora mismo no estoy seguro, sin embargo, como mucho podría darle uso no en el ámbito literario sino en el artístico de pintura y a partir de este pasarme al literario. He dejando estancado la literatura hace mucho y esto está muy mal. Un intento más, por favor.
Aprovecho esta entrada para poner un cuadro que hice el mes pasado. Él describe una de las muchas cosas que me encantan:
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