22 mayo de 1771
Que la vida del hombre no es más que un sueño, ya se lo pareció a más de uno. También a mí esta sensación me acompaña siempre. Cuando veo la limitación a la que han quedado reducidas las fuerzas creadoras e investigadoras del hombre, cuando veo que toda actividad corre en un pos de la satisfacción de las más elementales necesidades que a su vez sólo pretenden alargar nuestra pobre existencia y que todo consuelo la partir de ciertos presupuestos de la investigación no es más que una resignación soñadora, con la que en las paredes entre las cuales nos encontramos prisioneros pintamos figuras de colores y horizontes despejados... Todo esto, Wilhelm, me deja sin habla, Si miro en mi interior, encuentro todo un mundo. De nuevo más bien presentido y oscuramente apetecido que en representación y fuerza viva. Pero entonces todo se diluye ante mis sentidos y sigo, soñador, sonriendo por el mundo.
Que los niños no saben lo que quieren ni por qué, en eso están de acuerdo los más doctos maestros, tanto los de escuela como los preceptores. Pero que también los adultos van, como si fueran niños, dando tumbos por esta tierra, y al igual que éstos sin saber de dónde vienen ni adónde van, y de la misma forma actúan tan poco según auténticos propósitos, igualmente dirigidos por el sistema del palo y la zanahoria... Esto a nadie le gusta reconocerlo, y a mí me parece que se palpa con las manos. [...]
Que los niños no saben lo que quieren ni por qué, en eso están de acuerdo los más doctos maestros, tanto los de escuela como los preceptores. Pero que también los adultos van, como si fueran niños, dando tumbos por esta tierra, y al igual que éstos sin saber de dónde vienen ni adónde van, y de la misma forma actúan tan poco según auténticos propósitos, igualmente dirigidos por el sistema del palo y la zanahoria... Esto a nadie le gusta reconocerlo, y a mí me parece que se palpa con las manos. [...]
Las penas del joven Werther, Johann Wolfgang von Goethe
Una vez más que publico un fragmento sobre este libro y no será la última. En realidad no tengo nada que decir sobre esto. Simplemente admirable. En esto de querer escribirlo he descubierto ciertas cosas... Me he dado cuenta que otras editoriales cambian, en gran parte, las palabras y el orden y coherencia de las oraciones. Eso es algo casi lógico que lo hagan pero... ¿con tanta diferencia? ¿Qué diablos? Éste fragmento que he escrito es de la edición de mi libro. Para no escribirlo quería hacer un copypaste y busqué un pdf y al llegar al día en cuestión me encuentro un escrito que me pareció casi una aberración. Más simple diría yo, demasiado. ¿De verdad, traductores, traducís y adaptáis un libro del ROMANTICISMO a algo tan simple, tan objetivo como si Goethe fuese un ilustrado puro? Tres ediciones distintas y las tres escritas distintas, casi todas reconstruidas con una simplicidad que me enerva. A pesar de que la finalidad es la misma, no tiene esa magia como en el fragmento que he tipeado más arriba. Me pregunto hasta qué grado cambian todos los libros que uno lee y con cuánta fidelidad nos llegan a nuestro idioma. Miedo da. Ser traductor de libros es duro, y un trabajo paupérrimo según me han contado.
Quizá estoy EXAGERANDO demasiado. Sí...
Quizá estoy EXAGERANDO demasiado. Sí...