martes, 29 de julio de 2014

Ramas y montañas

   Hace unos días me di cuenta que faltaban dibujos y cuadros en mi blog así que aprovecharé esta entrada para poner algo sobre ello. Desde diciembre del año pasado no hablo sobre ello. Tampoco es que haya tenido mucho tiempo y lienzos para pintar. Resulta que ahora no me puedo quejar porque tendré unos 15 lienzos de tamaño A3. Estos no tienen madera como los que compraba antes. Me parece un poco más difícil de lidiar con ello, eso sí.

 El primero que hice en ese nuevo formato fue un experimento para ver cuánto resistía con mucha y poca pintura. Busqué algún dibujo similar y encontré uno sobre ramas. Por entonces sólo tenía pintura blanca y negra de acrílico. Esto fue lo que hice:


 Sin título. ¿Para qué? Ninguno tiene título.

Lo que no me gustó del papel es que se dobla con demasiada agua o pintura así que para el siguiente probé pegar el lienzo por los extremos con celo para dibujar esto:


Lo guapo es que el celo no era muy bueno y tuve que hacerlo sin ello. Se me dobló igual. Tampoco pude hacer bien las nubes y me pareció un fracaso de pintura, Hay gente que dice que le gusta. Gustos variados.

 Para el siguiente intento, ya tenía más colores; amarillo, azul y verde. Así que intenté usarlos todos (el azul no fue necesario). Para hacer la temática se me ocurrió la canción Cradel of forest del juego Silent Hill 4. Trata sobre unos niños bailando vals en medio del bosque. Mi pintura no es tan tétrica como dice la canción aunque estoy seguro que en un futuro lo volveré a intentar. Tuve problemas serios para hacer el césped y hierba. Aún no le cojo la técnica a eso. Y así es como quedó:


 En este sí que empleé un celo mejor y quedó menos doblado que los anteriores. Lo curioso de este dibujo es que empecé a hacerlo en abril y lo dejé abandonado hasta que lo retomé en junio, cuando acabé todo.

 Los tres siguientes los hice en una misma noche. Estaba muy inspirado y con ganas de pintar



 El primero es como el que hice en blanco y negro, pero mejorado un poco más. El segundo es un árbol random. Son hojas flameantes.

 Luego, el que hice a principios de julio empecé a hacer uno distinto a los demás, con mucha agua. No importaba porque ya había aprendido el truco a sujetar la hoja con el celo. Es el que más me gusta hasta ahora. Se trata de las míticas montañas de china. Durante años, los antiguos chinos pintaban ese paisaje con tinta, lo siguen haciendo a día de hoy. El mío tiene un poco más de color.


 Sinceramente me encanta. Me lo pasé muy bien pintando día y noche ♥

 Tengo que seguir pintando y aprovechar este verano.

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